Solidaridad y la Tercera República (1980-2000)

 

Pokłosie (2012) Dir. Władyslaw Pasikowski  
(Secuelas) Subtítulos en español  
"Pokłosie" (Secuelas) es un trabajo de interés, de notable acabado, dirección solvente y buenas interpretaciones (atención a Maciej Stuhr). La banda sonora de Jan Duszynski es una maravilla. La película toca un tema todavía tabú en la sociedad polaca, la complicidad en el exterminio del pueblo judío llevado a cargo por los nazis. La historia se basa en la masacre de Jedwabne, en la que trescientos judíos polacos de este municipio fueron asesinados en 1941. Su estreno ha provocado un intenso debate en 2012 acerca de la necesidad o no de reabrir viejas heridas del pasado.

La versión cinematográfica habla de un granjero católico Józef Kalina (Maciej Stuhr), que descubre las huellas de la masacre de judíos durante el Holocausto en su aldea. Su investigación revela que se trataba de los pobladores locales polacos que, sin la ayuda de los nazis, habían asesinado a sus vecinos.

Critica: Impresionante obra maestra que trata este tema, tan difícil, de la mejor manera posible, con una banda sonora de escándalo, unas interpretaciones merecedoras de todos los premios habidos y por haber, una fotografía impecable y una delicadeza absolutamente para quedarse mudo.

Władysław Pasikowski dirige con pulso firme - magnífica fotografía de una Polonia lejos de las urbes - una historia dura y que puede herir ciertas sensibilidades, aunque sin duda necesaria en la medida en la que contribuye a destapar recuerdos que pocos quieren asumir.

"Pokłosie" es la aceptación de una infamia y el retrato de lo fácil que es cruzar el límite entre lo honesto y lo que no lo es, perfectamente dibujado por la implacable ley del silencio que atenaza a los habitantes del lugar. En su amargo fondo late con violencia aquello que expresó Martin Luther King, muchas veces duele más el silencio de los buenos que la perversidad de los malvados.

 

 

Un breve resumen histórico de los judíos en Polonia.
La masacre de Jedwabne sigue con fuertes discusiones en Polonia y en todo el mundo. Para los polacos siempre fue un tema difícil de tratar, ya que parece todo indica que fueron los principales protagonistas en el hecho. El horror de aquel tiempo podía ser ya cerrado si no fueran las dudas de ¿qué pasó verdaderamente? y ¿porque se llegó hasta este punto, tan trágico?

Aquí pueden encontrar las respuestas en algunos aspectos de convivencia entre los polacos y judíos polacos de Jedwabne. Para eso hay que volver para atrás y conocer un poco la historia.

La historia de los judíos polacos abarca prácticamente un milenio. Comenzó con un largo periodo de tolerancia religiosa y prosperidad para la comunidad judía del país y acabó dramáticamente con la aniquilación total de la comunidad en el siglo XX durante la ocupación nazi de Polonia y el Holocausto.

Desde la fundación del Reino de Polonia en el año 1025 y hasta la unión polaco-lituana en el año 1569, Polonia fue uno de los países más tolerantes de Europa convirtiéndose en el hogar de una de las comunidades judías más grandes y vibrantes del mundo. Para los historiadores de la época Polonia se había convertido en algo similar a un “Paraíso Judío”.

El establecimiento de la unión polaco-lituana debido a una serie de invasiones extranjeras y de cambios culturales, como la reforma protestante y el posterior Concilio de Trento, provocaron que la tolerancia religiosa, que era tradicional en Polonia, empezara a mermar desde el siglo XVII.

Después de la Partición de Polonia en 1795 y la desaparición del país como estado soberano, los judíos fueron víctimas de leyes antisemitas ante todo a causa del creciente antisemitismo del Imperio ruso, pero también del Imperio Habsburgo y del Prusiano. Cuando Polonia recobró su independencia, poco antes de la segunda guerra mundial, en el país habitaban algo más de tres millones de judíos, que formaban una de las comunidades más importantes del mundo.

Aproximadamente el 90% de los judíos polacos fueron asesinados por los Nazis durante el Holocausto. La actitud de los polacos no judíos abarcó un amplio espectro de posiciones: hubo colaboraciones con los nazis, aunque las masacres (como de Jedwabne) fueron provocadas por los alemanes en principio. Hubo también muchos casos heroicos en los que polacos cristianos ayudaron a esconder a sus vecinos judíos. Después de la guerra estas personas fueron nombradas por Israel como “Justos entre las naciones”. De todas maneras, la mayoría de los polacos solamente veía a los judíos como competidores por los recursos económicos del país y los odiaban por no ser católicos.

Durante la posguerra, gran parte de los aproximadamente entre 180.000 y 240.000 supervivientes emigraron desde la Polonia comunista hacia el recién creado Estado de Israel, Estados Unidos y Sudamérica. Su partida venía precedida de la hostilidad del partido comunista hacia la religión y la propiedad privada. Muchos de los judíos que se habían quedado en Polonia emigraron a finales de los años 60 como resultado de varias campañas soviéticas antisemitas. Después de la caída del régimen comunista en Polonia en 1989, la situación de la comunidad judía del país se ha ido normalizando, y los judíos que eran ciudadanos polacos antes de la Segunda Guerra Mundial, junto con sus descendientes, pueden recuperar la ciudadanía.

Inmigración judía a Polonia, 1096. Cuadro de Jan Matejko.
La comunidad judía actual de Polonia se estima entre 8.000 y 12.000 personas, concentrados sobre todo en Varsovia, aunque el número actual de judíos, incluyendo aquellos que no están vinculados al judaísmo o a la cultura judía pero que son judíos según las leyes rabínicas, podrían ser varias veces mayor.
Berek Joselewicz (1764–1809)

El nivel de vida de los judíos empezó empeorar durante las particiones. Después de la tercera partición de Polonia en 1795, los judíos que vivían en ella, al igual que la población cristiana, se convirtieron en los súbditos de los países ocupantes. Las condiciones de vida de las comunidades judías fueron diferentes en función de la partición. La situación de los judíos fue particularmente grave en el Imperio Ruso, que fue aumentando el antisemitismo.

Es por eso los judíos han participado en la resistencia armada contra las acciones de los invasores. En 1794, durante la sublevación de Kościuszko, Berek Joselewicz ha creado un regimiento, únicamente judío, de caballería ligera y participó en la revuelta. Los judíos tomaron parte en la Insurrección de noviembre (1830-1831), en la Insurrección de enero (1863) y en el movimiento revolucionario de 1905. Muchos judíos polacos se alistaron en el ejército polaco en la clandestinidad que luchó por la independencia de Polonia hasta que fue finalmente conseguida en 1918.

El asesinato del Zar originó una oleada a gran escala de revueltas anti judías, denominadas masacres entre 1881 y 1884. Durante el estallido de 1881, las masacres se limitaron fundamentalmente a Rusia, aunque también hubo uno en Varsovia en el que fueron asesinados doce judíos. Las masacres continuaron dándose de forma habitual hasta 1884 con el apoyo tácito del gobierno que miraba para otro lado. Todo esto provocó un cambio fundamental en la historia de los judíos polacos y del resto del mundo. La mejor consecuencia de estos hechos dramáticos fue que provocaron una grandísima oleada de inmigración judía hacia América, ante todo hacia Estados Unidos y en mucha menor medida hacia Argentina, Canadá, Brasil y otros países de Sudamérica.

Se calcula que hasta finales de la década de los años 1920 más de dos millones de judíos abandonaron la Zona de Asentamiento, lo que al cabo de dos décadas se demostraría que les salvó, a ellos y a sus descendientes, de morir en el Holocausto. También hubo una considerable oleada migratoria judía hacia los países en ese momento más tolerantes de la Europa Occidental, como Francia, el Reino Unido, Holanda, Bélgica e incluso Alemania, que provocaron un aumento del antisemitismo en la zona. Además las masacres hicieron que entre todos los judíos del este de Europa aumentase el convencimiento de pertenencia a un grupo maltratado, lo que generó un considerable aumento de la fuerza del Sionismo y una gran oleada de inmigración hacia Palestina.

Otra oleada de masacres, aún más sangrientas tuvo lugar entre 1903 y 1906, y se cree que algunos de ellos fueron organizados, o al menos apoyados, por la policía secreta zarista rusa, la Okhranka. Algunas de las peores de estas masacres sucedieron en el territorio polaco, donde vivía la mayoría de los judíos sometidos al Imperio ruso, incluyendo la masacre de Białystok de 1906 en el que más de un centenar de judíos fueron asesinados y muchos más heridos.

Los judíos también jugaron un papel muy importante en la lucha por la independencia de Polonia en 1918 y muchos se unieron a Józef Piłsudski (un nacionalista polaco que luchó por la independencia de la nación), mientras que otras muchas minorías permanecieron neutrales en la lucha por la creación de un Estado independiente (la minoría alemana, ucraniana, bielorrusa, etcétera). Como consecuencia de la Primera Guerra Mundial y los sucesivos conflictos que la siguieron por todo el este de Europa (tales como la Guerra Civil Rusa, la Guerra Polaco-Ucraniana y la Guerra Polaco-Soviética) se produjeron muchas masacres contra los judíos por todas partes. Estos ataques solían ser consecuencia de que los judíos eran percibidos como defensores de los bolcheviques rusos, con lo que eran comunes los ataques a los judíos por parte de aquellos que se oponían al régimen bolchevique. Se cree que estas masacres causaron por todo el Imperio ruso más de 250.000 víctimas judías que dejaron unos 300.000 huérfanos, una buena parte de ellos en Polonia.

Masacre de Białystok de 1906.
Los representantes de la comunidad judía de Dęblin les dan la bienvenida con pan y sal al Jefe Mariscal Józef Piłsudski, después de la liberación de la ciudad y de la fortaleza de los bolcheviques en 1920. Justo después del fin de la Primera Guerra Mundial empezaron a llegar a Occidente noticias sobre masacres masivas contra los judíos que estaban teniendo lugar en Polonia y que escandalizaron a la comunidad internacional. La presión internacional hacia el gobierno polaco llegó a tal punto que el presidente de Estados Unidos en aquel momento, Woodrow Wilson, envió a Polonia una comisión especial para que investigara los acontecimientos. La comisión, liderada por Henry Morgenthau, llegó a la conclusión de que las noticias sobre las masacres se habían exagerado y que en algunos casos habían sido incluso inventadas. En su informe identificó, situó y fechó ocho masacres importantes que habían sucedido entre los años 1918 y 1919 en Polonia en los que habían sido asesinados entre 200 y 300 judíos. Cuatro de estas masacres fueron atribuidas a la acción de desertores del ejército o a soldados indisciplinados. Según el informe ninguna de las masacres fue consecuencia de ninguna política oficial del gobierno. Entre estos incidentes destaca la masacre de Pińsk, ocurrida en Pińsk, en la que un oficial del ejército polaco acusó a un grupo de civiles judíos de conspirar contra los polacos y acabó fusilando a treinta y cinco de ellos. También destacan los hechos ocurridos en Leópolis en 1918. Justo después de que el ejército polaco tomara la ciudad, cientos de personas fueron asesinadas entre el caos incluyendo más de setenta judíos. En Varsovia algunos soldados del ejército se dedicaron a linchar, asesinar o violar a judíos por las calles pero fueron castigados por ello. Muchos de los sucesos en Polonia, de los que se habían hecho eco periódicos como el New York Times, habían sido exagerados. En cambio, en otros muchos lugares, sobre todo en Ucrania, estaban sucediendo horribles masacres de los que la prensa no se hizo eco alguno.
El principal resultado de todos estos acontecimientos fue que en 1919, después de la Conferencia de Paz de París en el Tratado de Versalles se añadieron una serie de cláusulas específicas para garantizar legalmente los derechos de las minorías en Polonia. En 1921 la Constitución Polaca de marzo otorgó, por primera vez en la historia polaca, los mismos derechos a los judíos polacos que los que gozaban los católicos acabando con toda discriminación legal y garantizando la tolerancia religiosa. Algunos judíos polacos supervivientes del Holocausto cursaron sus estudios en la Universidad de Varsovia y llegarían a ser importantes políticos israelíes, como Menachem Begin o Yitzhak Shamir.
La persecución de los judíos en Polonia fue más evidente en los primeros y últimos años de la segunda república. Los judíos no eran vistos por una gran parte de la población católica como auténticos polacos. Este era un problema causado por el nacionalismo polaco (representado por el gobierno de Endecja) y por el hecho de que una gran mayoría de los judíos polacos vivían separados de la mayoría católica: Por ejemplo, el 85% de los judíos declaraban el yiddish o el hebreo como su primera lengua. Esta situación mejoró durante un tiempo con el gobierno de Józef Piłsudski, entre 1926 y 1935. Józef Piłsudski reemplazó las ideas de asimilación étnica o "polinización" de "Endecja" por una política de "asimilación estatal". De esta manera, a los ciudadanos se les juzgaba por su lealtad al Estado y no por sus creencias religiosas.

Estos años (desde 1926 hasta 1935) fueron percibidos muy favorablemente por los judíos polacos, cuya situación mejoraba sustancialmente con el gobierno de Piłsudski. De todas formas la situación de los judíos nunca fue del todo satisfactoria debido a la combinación de varios factores como la Gran Depresión y se deterioró muchísimo con la muerte de Piłsudski, vista por la comunidad judía como una gran tragedia.

Más allá del acoso académico que muchos estudiantes judíos sufrían por parte de alumnos y profesores antisemitas en algunas universidades, se fue limitando de forma encubierta, desde la independencia hasta finales de los años 30, el número de estudiantes judíos que podían ingresar en la universidad. Este proceso alcanzó su punto más alto en 1937 cuando se establecieron cuotas semilegales o ilegales ("Numerus clausus") en las universidades.

Manifestación estudiantil en la Politécnica de Lwów, exigiendo la introducción de un gueto oficial, 1937. El cartel proclama “Día sin Judío”, “Les pedimos a gueto oficial”. Ese mismo año los sindicatos polacos de médicos y abogados empezaron a condicionar a sus afiliados el hecho de pertenecer a la religión católica, y mientras tanto muchos puestos en el funcionariado se restringían también a los católicos. Todo esto iba acompañado de violencia física, ya que entre 1935 y 1937 hubo setenta y nueve judíos asesinados y más de quinientos heridos en incidentes antisemitas. Toda esta violencia también iba dirigida contra comercios judíos, que eran atacados y saqueados a la vez que boicoteados, lo que trajo como consecuencia enormes pérdidas económicas y la ruina de muchas familias.

 

Bajo la ocupación Nazi.
Durante la invasión de Polonia de 1939, al menos 120.000 ciudadanos polacos de ascendencia judía tomaron parte en las batallas contra los alemanes como miembros del ejército polaco. Se estima que durante estas acciones murieron como mínimo 32.216 soldados y oficiales judíos y 61.000 fueron hechos prisioneros por los nazis, pero la mayoría no sobrevivió. Los soldados y los oficiales judíos no profesionales que fueron puestos en libertad acabaron finalmente en los guetos y campos de trabajo o de exterminio sufriendo el mismo destino que otros civiles judíos.
La comunidad judía polaca fue la que más sufrió durante el Holocausto. Aproximadamente seis millones de ciudadanos polacos murieron durante la guerra, la mitad de ellos (3 millones) eran judíos polacos (es decir, todos los judíos excepto unos 300.000) que fueron asesinados por los nazis en los campos de exterminio de Treblinka, Auschwitz, Sobibor, Chełmno y Bełżec. Otros murieron en campos de trabajo como Majdanek, de inanición en los guetos, etcétera. También muchos judíos del este de Polonia murieron víctimas de los escuadrones de la muerte nazis conocidos como "Einsatzgruppen", especialmente en 1941.

Los alemanes establecieron un gran número de guetos en los que los judíos eran confinados para posteriormente ser exterminados. El Gueto de Varsovia fue el mayor, con 380.000 personas, y el Gueto de Łódź el segundo mayor, con unas 160.000. En otras muchas ciudades con población judía, como Cracovia, Białystok, Częstochowa, Kielce y Radom, los alemanes también crearon guetos. Otros muchos guetos menos importantes numéricamente se instalaron en pequeñas poblaciones y de hecho se cree que el primer levantamiento en un gueto ocurrió en 1942 en la pequeña ciudad de Lakhva al este de Polonia.

La vida diaria en el gueto de Varsovia.
En Polonia ocupada por Alemania nazi, los alemanes pusieron en marcha el siguiente reglamento:
Aviso para la población no judía. AVISO

sobre: el amparo de judíos fugados.

....Hay necesidad de recordar que, según el párrafo tercero del decreto de 3 de octubre de 1941 sobre la Limitación de Residencia en el Gobierno General (página 595 del registro del Gobierno General), los judíos que abandonen sin permiso el barrio judío serán condenados a muerte.

....Según este decreto, aquellos que conscientemente prestaren ayuda a los dichos judíos proporcionándoles refugio o entregándoles o vendiéndoles alimentos, serán también condenados a muerte.

....Éste es un aviso terminante a la población no judía para que se abstenga de:

.........1) Dar refugio a los judíos.
.........2) Abastecerles de comida.
.........3) Venderles alimentos.

Dr. Franke - Comandante de la ciudad - Częstochowa, 24 de septiembre de 1942.

El Gueto de Varsovia fue establecido por el gobernador general alemán Hans Frank el 16 de octubre del año 1940. En esta época la población del gueto se podía estimar en unas 380.000 personas, es decir, el treinta por ciento de la población de Varsovia recluida en un área que formaba el 2.4% de la extensión de la ciudad. Los alemanes posteriormente aislaron el gueto del resto de la ciudad construyendo un muro alrededor el 16 de noviembre de ese mismo año.

Durante el siguiente año y medio otros judíos de poblaciones y pequeñas ciudades cercanas a Varsovia fueron trasladados forzosamente al gueto. Esto hizo que el número de habitantes del gueto se mantuviese estable pese a que las enfermedades (sobre todo el tifus) y la falta de comida mantenían un goteo constante de decenas de muertos diarios. Las raciones de comida en 1941 para los judíos de Varsovia estaban limitadas a unas 253 calorías y para los polacos de la ciudad unas 669 (se requieren unas 1500 calorías diarias aproximadamente para mantener el Metabolismo Basal de una persona), mientras que a la población alemana y al ejército nazi se les asignaban unas 2613 calorías.

El Gueto de Varsovia fue el mayor de todos, que construyeron los nazis.
Entrada al gueto, custodiada por la policía judía. Las condiciones de vida en los guetos eran terribles. Los judíos capturados intentando escapar eran fusilados y sus cuerpos se dejaban a la vista de la gente durante días como señal de advertencia. Aquellos que pasaban al lado ario de la ciudad sin ningún contacto con los polacos cristianos, arriesgaban sus vidas para ayudar a los judíos de dentro del gueto pasando comida. Si pretendían buscar refugio en el lado ario de la ciudad, solían acabar volviendo, dado que no podían encontrar un lugar para esconderse. Además muchos polacos colaboracionistas se aprovechaban de ellos robándoles para luego entregarles a los alemanes que les recompensaban económicamente. En los guetos más importantes, como el de Varsovia o el de Łódź, cientos de niños de cuatro a cinco años salían en masa al lado ario de las ciudades varias veces al día para introducir comida o bienes de consumo en los guetos. Lo hacían con la ayuda de sacos que podían pesar más que ellos mismos, convirtiendo así el contrabando en el único modo de subsistencia de sus padres y de ellos mismos, que de otra manera hubiesen muerto de inanición. En este contexto los nazis convirtieron en algo rutinario disparar a los niños mientras introducían comida en los guetos; mucha gente fue asesinada por traficar con gallinas o con leche.
Además, era muy difícil tener contacto con los polacos de fuera del gueto, dado que cualquier polaco encontrado asistiendo a los judíos también se exponía a la pena de muerte. Para cualquier judío joven y resistente era relativamente sencillo escapar del gueto y huir hacia el campo donde hubiese tenido alguna posibilidad de supervivencia uniéndose a la resistencia partisana (como efectivamente algunos hicieron) o simplemente escondiéndose, pero de hecho los nazis eran conscientes de que manteniendo unidas a las familias en los guetos hasta la deportación y manteniendo la incertidumbre sobre la misma conseguirían que las fugas fuesen algo anecdótico. La inmensa mayoría de los jóvenes permaneció con sus familias hasta el final, lo que les costó la vida.

El 22 de julio de 1942 comenzaron las deportaciones en masa de los habitantes del Gueto de Varsovia y durante los siguientes cincuenta y dos días (hasta el 12 de septiembre de 1942) aproximadamente 300.000 personas fueron transportadas en trenes al Campo de Exterminio de Treblinka. Estas deportaciones fueron organizadas por los nazis pero llevadas a cabo por 200 soldados letones de los batallones Schutzmannschaften, por otros 200 policías ucranianos y por 2.500 judíos de la policía judía (dirigida por el Judenrat) con lo cual solo fue necesaria la participación de 50 miembros de las SS alemanas. Estos miembros de la policía judía recibían, junto con sus familias y parientes, inmunidad para ser deportados como pago por su cooperación.

La policía judía fue dirigida por el Judenrat y fue usada para el peor trabajo inhumano.
La policía judía subordinada a los nazis, lleva un niño a la muerte. Además en agosto de 1942 se ordenó a los miembros de la Judenrat, bajo la amenaza de ser deportados, que entregasen diariamente a cinco habitantes judíos del gueto a los alemanes para ser deportados desde la estación de transbordo Umschlagplatz. El 18 de enero de 1943 algunos habitantes del gueto, sobre todo miembros de la Żydowska Organizacja Bojowa (Organización Judía de Combate) se resistieron armados a las nuevas deportaciones que los alemanes estaban organizando. La destrucción final del Gueto de Varsovia sucedió cuatro meses después de que los alemanes arrasaran esta primera rebelión. El Levantamiento del Gueto de Varsovia fue uno de los múltiples levantamientos fallidos que ocurrieron en guetos judíos de toda la Europa ocupada y el más importante. A los alemanes les supuso más tiempo sofocarlo (entre el 19 de abril y el 16 de mayo del año 1943) que invadir toda la mitad oeste de Polonia. Algunos de los pocos supervivientes del levantamiento huyeron a los campos cercanos a Varsovia, donde se escondieron hasta el Alzamiento de Varsovia y el final de la guerra. Otros se unieron al movimiento polaco de resistencia Armia Krajowa, o fueron asesinados o entregados a los nazis por los colaboracionistas polacos antisemitas, con lo cual solo un número muy reducido sobrevivió a la guerra.

La liquidación del Gueto de Varsovia fue similar a la sucedida en otros guetos en los que los judíos estaban concentrados.

Tras la decisión de la Alemania nazi de comenzar la Solución Final, es decir, el exterminio de los judíos europeos, empezó la Aktion Reinhard, la primera fase del exterminio, con el establecimiento de los campos de Bełzec, Sobibór y Treblinka, seguida después en la segunda fase por la apertura de Auschwitz-Birkenau. Con la decisión tomada dieron comienzo las deportaciones en masa de judíos a estos campos, muchos de ellos desde el gueto de Varsovia, y para cuando culminó la Aktion Reinhard en octubre de 1943 habían sido asesinados en los campos más de 1.700.000 judíos.
Polonia fue el único país de la Europa ocupada en el que los nazis impusieron formalmente la pena de muerte para cualquier persona descubierta ayudando o escondiendo a los judíos. Teniendo en cuenta además que las raciones de comida para los polacos eran muy insuficientes (unas 669 calorías al día en 1941) y que la comida en el mercado negro era carísima, era muy difícil que cualquier polaco pudiese esconder a un judío y prácticamente imposible a una familia entera. Pese a estas medidas brutales impuestas por los nazis y a la escasez de comida, Polonia tiene la mayor cantidad de premiados como Justos entre las naciones por el museo Yad Vashem de Israel de todo el mundo.

El gobierno polaco en el exilio fue también el primero (en noviembre de 1942) en revelar la existencia de campos de concentración nazis en Polonia y el exterminio sistemático de la población judía gracias al informante Jan Karski y a las actividades de Witold Pilecki, miembro de Armia Krajowa y la única persona que entró voluntariamente en el campo de concentración de Auschwitz para organizar un movimiento de resistencia dentro del campo.

Ayudar a los judíos era castigado con la muerte.
El gobierno polaco en el exilio fue asimismo el único en crear especialmente una organización (Żegota) para ayudar a los judíos de Polonia y que salvó a miles de personas de la muerte con papeles falsos, dinero, escondiendo niños judíos en orfanatos católicos, etcétera.

 

Bajo los territorios anexionados por la Unión Soviética.
Concentración con los carteles de propaganda en 1939. La consecuencia del Pacto de no agresión nazi-soviético fue la división de Polonia entre la zona ocupada por los nazis y la zona ocupada por los rusos. Por lo tanto la comunidad judía quedó dividida en dos. Según el censo de 1941 el 61.2% de los judíos polacos se encontraban en las áreas que ocuparían los nazis, mientras que el 38.8% habitaban en las áreas que ocuparían los rusos. Aun así, teniendo en cuenta los movimientos de población desde el oeste de Polonia hacia el este durante y después de la invasión de Polonia por los nazis, es muy probable que el porcentaje de judíos en las áreas soviéticas fuera mucho mayor que lo indicado por el censo de 1941.

Entre los oficiales polacos asesinados por el NKVD en 1940 en la Masacre de Katyń había entre 500 y 600 judíos. Pero aun así un gran porcentaje de los judíos polacos simpatizaba con los soviéticos, sobre todo si lo comparamos con el de católicos. Mientras que los polacos veían a los soviéticos como invasores, muchos judíos les veían como los soviéticos se autoproclamaban: protectores contra los nazis. No hay que olvidar el odio ancestral que separaba a los polacos católicos de sus tradicionales invasores y ocupantes rusos ortodoxos. Todo esto hizo que creciera mucho la tensión entre los polacos católicos y las comunidades judías en estas regiones.

Desde 1939 hasta 1941 unos 300.000 judíos polacos fueron deportados desde las zonas anexionadas por la Unión Soviética hacia Rusia. Algunos de ellos, sobre todo judíos polacos comunistas, se fueron voluntariamente pero muchos otros fueron forzosamente deportados hacia el Gulag. Un pequeño número de judíos polacos (unos 6.000 aproximadamente) pudieron abandonar la Unión Soviética en 1942 comandados por el Gral. Władysław Anders (entre ellos el futuro primer ministro de Israel Menachem Begin). Cuando el II Cuerpo del Ejército Polaco estuvo destinado en el Mandato Británico de Palestina, el 67% (2972) de los soldados judíos desertaron, con todo su armamento, la gran mayoría de ellos para unirse al Irgún, una organización paramilitar judía. Una de las concentraciones bajo ocupación rusa.
Antes de la masacre.
Iglesia en Jedwabne. No se sabe cuando los primeros judíos llegaron a Jedwabne. Julius Baker i Mosze Tzinowitz en las páginas del "Libro de Memorias de Jedwabne" informó que: " cuando el pueblo fue fundado en 1736, muchos judíos se trasladaron a la ciudad de Tykocin. Sin embargo, sabemos de otras fuentes que ya en 1664 algunas familias judías llegaron a Jedwabne. Se asentaron aquí, probablemente debido a las ferias semanales. Según "La Enciclopedia de la Vida judía antes y durante el Holocausto", un importante desarrollo de la comunidad judía en Jedwabne es el fin del siglo XVIII. En 1808, en el pueblo había 325 judíos, que constituían el 68% de la población. Además de comercio, los judíos de Jedwabne trabajaron en sastrería, en productos de miel y otras bebidas alcohólicas entre otros.

Durante el siglo XIX el número de los judíos en Jedwabne aumentó de 324 personas en 1827 a 1941 en 1897. A finales del siglo XIX, hasta el 77% de los residentes de Jedwabne eran de origen judío. Como resultado de la emigración a América y la expulsión de los judíos de Jedwabne por los rusos durante la Primera Guerra Mundial, el número de habitantes judíos se redujo drásticamente. El censo de 1921 registra en Jedwabne sólo 757 judíos.

Los trágicos acontecimientos del 10 de julio de 1941, cierra la historia de los asentamientos judíos en Jedwabne.

 

El día de la masacre.
En 10 de julio de 1941 comenzaron a llegar a Jedwabne en carros residentes de pueblos cercanos. Ya tenían planeado cometer este día un asesinato a los residentes judíos de Jedwabne. La noche anterior, había sido advertido de los peligros algunos judíos de Jedwabne. Desde muy temprano el 10 de julio, los habitantes polacos de la ciudad y la aldea vecina, expulsaron de sus hogares a los judíos y llevaron como ganado al mercado de la ciudad. Allí, los golpearon y cometieron otras formas de violencia, les dijeron para que limpien la plaza arrancando de raíz la hierba entre las tablas del pavimento. Un par de personas quedaron atrapadas allí y luego asesinadas. En la ciudad ese día, había algunos soldados alemanes que ayudaron a llevar a los judíos a la plaza del mercado y con esta actividad han terminado su participación. La investigación de IPN no permitió determinar si estaban presentes también en las etapas posteriores del hecho.

Un grupo de los hombres judíos detenidos en el mercado (alrededor de 40 - 50 personas, entre ellos un rabino), se vio obligado a romper la estatua de Lenin, que estaba de pie en la plaza del mercado, mantenido desde la última ocupación de la ciudad por el ejército soviético.

Una de las calles de Jedwabne.
Otra vista a la ciudad. Alrededor del mediodía, un grupo de residentes polacos de Jedwabne obligó a los judíos a trasladar el monumento roto al establo, que se encontraba fuera de la ciudad. Allí, los judíos, fueron por los polacos que custodiaban, asesinados y sus cuerpos, junto con la estatua rota, arrojados al cavado previamente, un pozo.

Por la tarde, otro grupo de los judíos de Jedwabne, que suman cerca de 300 personas, también se derivó del mercado. En este grupo, había personas de diferentes sexos y edades, hombres, mujeres y niños. Estas personas fueron obligadas por los residentes polacos de Jedwabne a entrar a un granero de madera y con un techo cubierto de paja que se encontraba detrás de la ciudad. Luego cerraron la granja, rociaron con kerosene y prendieron fuego. Ha habido algunos informes de que la masacre se documenta fotográficamente por los nazis, pero estas imágenes no se pudieron encontrar. La investigación de IPN encontró que el asesinato fue planeado y llevado a cabo por los civiles polacos del pueblo de Jedwabne y sus alrededores, con un total alrededor de 40 hombres armados con palos, telesillas y otras herramientas. El crimen fue cometido de la inspiración alemana - policías nazis estaban este día en la ciudad y con su presencia apoyaron el asesinato.

Después del crimen, los delincuentes y otras personas se apoderaron de las pertenencias de los asesinados. El resto de los habitantes de Jedwabne se comportaba pasivamente durante el asesinato y el robo. Investigación IPN no confirmó si la pasividad se debería a la intimidación por parte de los autores materiales del crimen, o con su aprobación.

Después de la guerra, el número de las víctimas se estimaba en 1.600 personas y este número se incluía en el monumento a las víctimas del Jedwabne, que estaba en la escena hasta 2001. El número repitió Jan Tomasz Gross en su libro "Vecinos", publicado en 2001, y el Instituto de la Memoria Nacional después de la exhumación en 2001, lo calificó de no menos de 340 personas. Según publicado en 1937 "Guía para la provincia de Białystok", en ese momento vivía en Jedwabne 2500 personas de los cuales 40% eran judíos. Pero según los documentos del NKVD en 1940 en Jedwabne vivía 562 judíos.

Los trágicos acontecimientos del 10 de julio 1941 cierra la historia de los asentamientos judíos en Jedwabne.

Monumento en Jedwabne.

 

¿Qué pasó antes?
¿Porque se llegó hasta este punto de la barbarie?

Antes de la guerra, en Jedwabne, entre los judíos y polacos, era muy buena la relación. Hubo incluso relaciones de amistad. A los niños se les enseñaba en la misma escuela. Se sentaban en el mismo banco. Compartían los sándwiches. Practicaban juntos deporte. Fue todo bien hasta cuando entraron los soviéticos, en 1939 y muchos judíos se han inscrito a la NKVD. Los judíos se comprometieron con este trabajo y entonces estas relaciones entre los polacos y los judíos se enfriaron. Aún más, que posteriormente fueron tres grandes deportaciones de los polacos de Jedwabne al interior de Rusia. Atrás de esto estuvieron los judíos de NKVD quienes pasaban por casas junto a los rusos arrestando y llevando a los transportes.de estación Łomża. En el momento del traslado de los polacos deportados, las madres, esposas, mujeres estaban rogando para que lo dejen libre, ya que eran los vecinos del mismo pueblo. Cruzando el bosque, los deportados tenían chance de escapar de los soviéticos. Pero nada de eso sucedió.

Como resultado, al interior de Rusia salieron varios vagones. Algunas personas no pudieron salir debido a la falta de espacio en el transporte de tren. Fueron encerrados en la cárcel, en espera al próximo tren.

Mientras tanto, Alemania invadió la Unión Soviética y liberó a los polacos, que estaban encerrados en la cárcel en espera a la deportación. Ellos volvieron a Jedwabne. En los días 24-26 de junio de 1941, los alemanes entraron a Jedwabne y en 10 de julio ya hubo la masacre.

 

 

 

 

 

Fecha del evento: Domingo 2.06.2013 Casa Bruzzone Mar del Plata